Me levanté temprano, como suelo hacer, me preparé una taza de leche mezclada con una pizca de miel como nos gustaba a nosotros dos. Después, volví a coger nuestra cajita de recuerdos, donde en ella, pude sentir como estás conmigo de nuevo, como la calidez de tus brazos vuelven a rodear mi ancha espalda no muy común entre la mayoría de las chicas. Pero nada más la cierro, me doy cuenta que solamente ha sido una estúpida imaginación mía aquello que había sentido, viendo en esos momentos que nuestros recuerdos quedaron impresas en papel, y sentí, que ya no te podría tocar ni sentir nunca más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario